Por Ps. Luis Enrique Herrera
“El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.” (Salmos 34:18 NVI)
Cada uno de nosotros vamos a experimentar pérdidas en nuestras vidas. (Una persona amada parte de este mundo, más si es un hijo, porque los padres no debieran enterrar a los hijos. Una relación que no funcionó. Perder recursos económicos por una estafa. Una traición de parte de un cónyugue y se pierde la confianza. Una amistad de años. Perder el amor y cariño de alguna persona por malentendidos, etc.)
Entonces, ¿cómo puede Dios sanar un corazón quebrantado?
No debemos tratar de evadir nuestra pérdida, no la podemos esquivar. Es necesario que aprendamos a lidiar con la pena.
Si tenemos miedo de expresar nuestras emociones y preferimos evadir el proceso, esto nos llevará al estancamiento.
Y ¿cómo podemos salir del estancamiento? Dejando que Dios nos ayude.
HAY SEIS MANERAS QUE DIOS USA PARA BENDECIR A LOS DE CORAZÓN QUEBRANTADO.
1. DIOS TE ACERCA A ÉL. Salmo 34:18 dice: “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.” (NVI).
Cuando sufrimos, a menudo nos sentimos como si Dios estuviera a un millón de kilómetros de distancia. Pero lo que sentimos y lo que es real no siempre es la misma cosa.
Dios no está a un millón de kilómetros de distancia. De hecho, está más cerca que nunca.
2. DIOS SUFRE CONTIGO. La Biblia dice: acerca de "[Jesús] hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo." (Isaías 53:3ª NTV).
Cuando venimos a Jesús con nuestro dolor, Él sabe de lo que estamos hablando, y Él entiende nuestro dolor. Dios es un Dios sufriente, y Él es un Dios compasivo. Él no está distante; Él no es apático. Dios no es un espectador a la distancia.
3. DIOS NOS HA PROPORCIONADO UNA FAMILIA EN LA IGLESIA PARA APOYARNOS. Nosotros hemos sido creados para sufrir en comunidad. La curación viene cuando la compartimos en grupo. La curación ocurre en la iglesia. La curación viene en comunidad. ¡Juntos somos mejor!
"En Cristo nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, y cada miembro está unido a todos los demás... Amaos los unos a otros como una familia cariñosa... Alégrense con los que están alegres; llorar con los que lloran "(Romanos 12:5, 10, 15).
En un grupo pequeño, si tiene AUTENTICIDAD, RECIPROCIDAD, COMPASION, MISERICORDIA, SINCERIDAD, HUMILDAD, AMABILIDAD, Y CONFIDENCIALIDAD. Bien se puede dar este proceso de ser curados por el cuerpo de Cristo.
4. DIOS EMPLEA EL DOLOR PARA AYUDARNOS A CRECER. Dios emplea el sufrimiento e incluso también el dolor para ayudarnos a ser más como Cristo, y lo hace de tres maneras.
a. En primer lugar, Dios usa el dolor para llamar nuestra atención “Los golpes y las heridas curan la maldad; los azotes purgan lo más íntimo del ser.” (Proverbios 20:30, NVI). Si no estamos bien moral o espiritualmente, Dios permitirá el dolor para ser más santos y a imagen de su Hijo Jesucristo.
b. En segundo lugar, él trae algo bueno de lo malo. “Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito.” (Romanos 8:28, PDT).
c. En tercer lugar, nos prepara para la eternidad “Nuestros sufrimientos son pasajeros y pequeños en comparación con la gloria eterna y grandiosa a la que ellos nos conducen. “(2 Corintios 4:17-18).
5. DIOS NOS DA LA ESPERANZA DEL CIELO. Hay muchas personas que sufren sin esperanza. Nuestra vida en esta tierra es corta, pero si creemos en Jesucristo y confiamos en Él para nuestra salvación, entonces tenemos la esperanza de pasar la eternidad en el cielo con Él, y la esperanza nos sostendrá a través de nuestros momentos de pérdida y dolor.
La Biblia dice en 1 Tesalonicenses 4:13, "Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza” (NVI).
6. DIOS USA TU DOLOR PARA AYUDAR A OTROS. Esto se llama dolor redentor; es el mayor y mejor uso de la pena o dolor que hemos sufrido.
Dios no quiere que desperdiciemos nuestro dolor. Dios "…nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren"(2 Corintios 1:4 NVI).
Medtitemos sobre esto:
- ¿Por qué crees que Dios nos permite experimentar el dolor y la pérdida?
- ¿Cómo quiere Dios ministrar a otros que lloran sin esperanza?
- ¿Cuál es el dolor más profundo que has experimentado? ¿Cómo puedes usar ese dolor para ayudar a otros?